Gracias Cristina por tu reconocimiento!
Entonces vivíamos con la mayor discreción posible, intentado evitar que el vecino o conocidos supieran a lo que nos dedicábamos porque también eramos mal vistos y objetivo. No solo de los terroristas puros y duros, sino de ese terrorismo de “baja intensidad”. Cuando aún teníamos que desplazarnos con nuestros vehículos a nuestra zona de trabajo intentando dejar lo más apartado, vigilado y demás. Pero aún así y todo algún compañero sufrió la hostilidad de aquellos energúmenos.
Pues ahora nos toca vivir prácticamente con la misma discreción. A unos por unas causas y a otros por otras no les gusta saber que fuimos parte de ese pasado vergonzoso de una tierra en la “hermanos” asesinaban a “hermanos”. En donde por pensar diferente te quemaban el coche o el negocio…fuimos una parte de esa etapa que ayudó a que se evitasen más muertes a cerrar un poco más las puertas de ese vergonzoso terrorismo que afortunadamente parece estar finiquitado.
Aún así debemos sentirnos orgullosos de haber sido útiles a una sociedad que ahora nos da la espalda y como todo en este mundo cuando no nos es útil se tira. Qué podemos esperar de una sociedad que abandona abuelos en gasolineras (y les dieron la vida)….
Gracias Cristina y enhorabuena a todos los que un día creyeron que podían hacer algo por la libertad!
